Perfiles revolucionarios
Perfiles revolucionarios
Benjamin Péret
L'heure de dormir est passée asperge comme passent les oeufs dans les tirs forains comme je passe en crachant sur la légion d' honneur que je réve d' agrandir jusqu' aux omoplates afin d' y loger un rat affamé comme une mitrailleuse tirant sur les flics.
Benjamin Péret
Escribo su nombre y me quedo suspenso, aterido por su muerte, sonando en el hombre vivo, con él aunado igual que ayer, acendrado en él y en mi acendrado, arrojándonos de cabeza hacia donde íbamos.
Porque Benjamin Péret no erraba, no, por el mundo, ni sesteaba en él. Era atraído con velocidad de luz hacia aquello mismo que en si llevaba, ávido de palparlo fuera si: primordial fuerza humana en querencia de rebose creador, de hermanación del acto y la idea, de la poesía y el vivir diario. La certidumbre de que esa energía humana ha de florar límpidamente, sin viso de ruindad, le conservo adolescente hasta morir, hombre siempre. Nunca supo si era revolucionario porque poeta o poeta porque revolucionario. Si lo hubiese sabido algo le habría faltado al uno y al otro, pues la unidad insecable de la psique es sola fuente incontaminada de su múltiple irisación. La especialidad fragmenta y trasquila el espíritu, sin exceptuar ninguna. Ser de espléndido y único manantial, Benjamín Péret poseía inagotables matices, y sabia tan bien adonde iba que jamas derivó de rumbo ni husmeó las esquinas de la conveniencia personal, de los meaderos del espíritu -habría podido decir él.
Como poeta cuenta entre los primeros surrealistas, como revolucionario entre los primeros comunistas. Revolucionario, era lo contrario de un político; poeta, el enverso de un literato. Por eso mismo, jamas fue considerado un valor en los círculos reconocidos de unos y otros. Lo vieron, todo lo mas, como un extravagante, tan rara es su recia y sencilla espontaneidad. Es imposible sorprender en su obra poética ningún melindre ni la mas ligera afectación. Sus imágenes saltan como resortes de las lineas con bronca e inesperada belleza surgente de un sentir hondo y recatado. Como revolucionario, esta exento de los defectos tan comunes de palabreo y engreimiento, y su agresividad es su propia e impaciente entrega. Ninguna habilidad en él. Su magnifica torpeza, a veces conmovedora, era condición de su talento singular, sin disputa el mas original entre todos los conocidos. Pero no estaba hecho para el éxito en el actual mundo, compradizo e histrionismo, capitalista mas allá de las demarcaciones ideológicas. Y hubo de sufrir todas las duras consecuencias materiales de su naturaleza irreductible.
Muerto a los sesenta años, Benjamin Peret no tuvo jamas asegurado el simple sustento. La búsqueda de un momio, preocupación importante, si no principal para la mayoría de los intelectuales, sean escritores, revolucionarios o artistas, y demasiado a menudo causa de esguinces utilitarios, para él era impensable. Su razón de existencia le inmunizaba contra la golosina de las subsistencias a que tantos se apegan como lapas.
Imposible hacer aquí y ahora la biografía de Péret. ¿Quién sera capaz de hacerla mañana? Me limito a algunos rasgos. Apenas insinuadas la degeneracion de la revolución rusa y la Internacional comunista, Benjamin Péret se lanza a la oposición y figura entre los fundadores del trotskismo sucesivamente en Francia y en el Brasil, donde fué encarcelado. Cuando el stalinismo empezaba a dar nombradía y carrera a numerosos intelectuales venidos a él de cualquier garito, Benjamin Péret lo denuncia como traidor y lo afronta como enemigo. Aragon, Eluard, Lefebvre, centenares de otros, adhirieron a una institución disapensadora de beneficios, no a una causa humana revolucionaria como Benjamin Péret.
Apenas iniciada la lucha en España, en 1936, corre a batirse en el frente de Aragon, desdeñando grados y publicidad, en calidad de simple miliciano, y se eleva en pro de la revolución contra la política burguesa del frente popular, que todos los partidos acatan. En la retaguardia, contribuye a la creación de grupos revolucionarios que reclaman todo el poder para el proletariado, la guerra a ultranza contra Franco, el enlace de la revolución española con la francesa, la alemana, etc. Desde entonces hasta su muerte, Benjamin Péret permanecería estrechamente ligado a la organización revolucionaria española por lazos de ideas y amistad.
Refugiado en México durante la guerra imperialista tras haber sido encarcelado como revolucionario en Francia, militó allí en el grupo español de la IVª Internacional, y en estrecha intimidad con el autor de estas líneas sale en defensa del internacionalismo, que al amparo de resistencias nacionales y de defensa de Rusia estaba siendo conculcado por la mayoría dirigente de la IVª Internacional. Nadie más que él ha sabido fustigar en Francia la resistencia stalino-gaullista, sumidero donde la revolución fue ahogada. Esa defensa del internacionalismo fue el punto de partida de un considerable trabajo de elaboración teórica sobre la estructura social de Rusia como capitalismo de Estado, los sindicatos como organismos auxiliares de la explotación, la naturaleza reaccionaria de los partidos de obediencia moscovita, la superación del programa de transición (el de los bolcheviques en 1917) y de las consignas parciales en general. Todo aquello, en suma, que constituye el acervo ideológico de nuestra tendencia, a veces recogido por otros en sigilo y mal, debe a Benjamin Péret un aporte incalculable. Será necesario editar su obra política al lado de la poética para destacar mejor la plenitud de su personalidad.
No comprendo que hombres responsables reculen ante el peligro; yo no me siento nunca tan a gusto como cuando hay la posibilidad de batirse -decia no hace mucho hablando del 13 de mayo en Francia. Pensar, sentir, eran para él funciones directamente conectadas con la acción, eran parte inseparable de la acción misma. En ninguna ocasión se sustrajo a ese ensamble, jamás se le vio tergiversar evadiéndose. Tratándose de suscitar una nueva organización revolucionaria en España, no vaciló en presentarse allí reiteradamente y hacer lo necesario. Todavía muy poco antes de morir hablaba jubilosamente de su próxima ida a España. Es uno de los iniciadores de los núcleos de Fomento Obrero Revolucionario, y aun enfermo desempeñaba una parte activa en el grupo emigrado y en la redacción de Alarma.
En estos últimos decenios de reacción mundial y degradación de los espíritus, Benjamin Péret solo podía encontrar dificultades, miseria, y salvo raros amigos, el vació en torno. Sus pésimas condiciones materiales lo maltrajeron cuando su salud y su obra requerían mas cuidados constantes y despreocupación económica. Así sucumbió, víctima de sus propias cualidades de hombre indomeñable y adusto.
Yo lo prefiero muerto que no rozagante a lo Sartre o lo Camus. Vivir sin prevaricar en una sociedad cada vez mas coercitiva y corrompida no puede hacerse sin riesgo de muerte, a petit pas o apuñalado a la vuelta de una idea. Ninguna diferencia en el fondo. Benjamin Péret era de los escasísimos a quienes muerte y padecimientos, detestándolos, no arredran, porque si no se habría detestado a sí mismo.
No puedo pensar en él sino con inmenso gozo, puesto que hombres como él existen, y si su muerte me enfurece por indebida selección de los peores, también me reconforta porque exalta una concepción de la existencia que nos era común.
G. Munis. Alarma nº2, 1959
Natalia Sedova
Natalia
Natalia Sedova, mujer del dirigente de la revolución rusa León Trotzky, ha muerto en París y ha sido incinerada el 29 de enero. Sus cenizas se mezclan ya en México a las del hombre a quién amó y con quién luchó, asesinado 22 años antes por un sicario del gobierno ruso, Natalia era militante revolucionaria desde la adolescencia, antes de conocer a León Trotzky, con el que habría de compartir una vida excepcionalmente activa en pro del socialismo; hasta el fin de sus días, a través do las ininterrumpidas tragedias que la abrumaron, seguiría siendo una militante revolucionaria tan admirable por su tenacidad y confianza en el porvenir del proletariado como por la lozanía de su espíritu.
Testigo y partícipe do la acción revolucionaria en 1917, diez años después Natalia sería deportada, junto con León Trotzky, a Alma-Ata, en Siberia. La tendencia contrarrevolucionaria de la burocracia encabezada por Stalin era ya dueña del poder, y llevaría hasta el completo exterminio todos los hombres del Octubre rojo. Las grandes falsificaciones judiciales llamadas Procesos de Moscú, iniciadas antes de 1936 fueron on realidad la justificación propagandística de ese exterminio (por decenas de millares) y del asesinato de León Trotzky en particular. Antes de perpetrar éste, casi toda la familia de León Trotzky y de Natalia había sido ya asesinada por los mercenarios de la contrarrevolución en Rusia o en el extranjero. Ninguna herida, por cruel que fuese, podía atenuar el espíritu revolucionario de Natalia. No pertenecía a esa categoría de personas, tan numerosas on los últimos tiempos, a quienes las dificultades y los sufrimientos les vacía la mente y les lleva al conformismo. Rebelde nació, conciencia revolucionaria se hizo, en sublevación ha muerto.
Apenas abatido Trotzky, nueva tragedia para Natalia, y no la menos dolorosa: el desacuerdo político con la organización por él iniciada. Ese desacuerdo lle- garía años después hasta la ruptura orgánica con la llamada IVª Internacional causada principalmente por tres divergencias incompatibles: Natalia defendía durante la guerra el internacionalismo proletario, mientras que la IVª Internacional practicó una política vergonzante de apoyo a las resistencias nacionales (patria capitalista); Natalia consideraba indispensable reconocer que en Rusia había triunfado la contrarrevolución en forma de capitalismo de Estado, mientras que la IVª Internacional se hacía cada vez más indulgente hacia el stalinismo y amiga de él; Natalia creía superado el programa do la IVª Internacional (dicho de transición) mientras que ésta esperaba y espera cada vez mas la salvación de los poderes orientales, en realidad del capitalismo de Estado. Sobro todo eso nos proponemos publicar un folleto que esclarecerá la actitud ideológica de Natalia, por nosotros compartida.
Es indispensable añadir que la organizadora do la incineración do Natalia ha sido la sección francesa do la IVª Internacional se debe a circunstancias materiales que escapan por completo a la voluntad de ella y a la nuestra» Pero ciertamente, a Natalia no le habrían gustado las palabras de la mayoría de los oradores invitados a hablar sobre ella.
Alarma nº9, 1962.
Hoy como ayer (comunicado)
París, 17 de febrero de 1962. La Cuarta Internacional se ha apoderado del funeral de Natalia Sedova Trotzky, sin ni siquiera tomarse la molestia de iluminar a nadie sobre su verdadero pensamiento político, por lo que tenemos el deber de llamar la atención de los tres documentos que siguen a continuación1.
Cabe señalar que, en su carta de ruptura, Natalia acusa a la IVª Internacional no sólo de conservadurismo hacia una noción anticuada (Rusia como estado obrero), sino también de abandono del internacionalismo proletario. En su respuesta, la IVª Internacional deja de lado las acusaciones políticas o las dilaciones sobre la cuestión de Rusia. Su argumento más fuerte es el insulto. Acusa a Natalia Sedova Trozky de estar bajo la influencia del imperialismo norteamericano, mientras que durante la última guerra mundial, cuando los actuales dirigentes de la IVª colaboraban en la resistencia nacional, los llamó oportunistas.
¿Organizó la IVª Internacional el funeral de una mujer que cayó bajo el control del imperialismo norteamericano o la «rehabilitó» al estilo oriental? En cualquier caso, no se puede concluir que Natalia Sedova Trotzky haya cambiado su posición, como lo demuestra su última declaración política escrita, reproducida a continuación. Es cada vez más cierto que la IVª Internacional se acerca a Moscú en la misma medida que Natalia se aleja de ella, al igual que nosotros, que seguimos siendo fieles al pensamiento revolucionario.
Paris, 9 novembre 1961.
Grupo Spartacus Partito Comunista Internazionalista Fomento Obrero Revolucionario
Ha muerto Alfred Rosmer
El día 6 de mayo, a los 87 años de edad, dejó de existir Alfred Griot, internacionalmente conocido por Alfred Rosmer, el pseudónimo que adoptara en su juventud. Fue incinerado el día 11 del mismo mes, en el columbarium del cementerio parisino Pére Lachaise.
Rosmer ha sido uno de los revolucionarios mas inteligentes, fieles y honrados de su tiempo, no tan avaro de ellos como el nuestro. Empezó muy joven su militancia revolucionaria, a fines del siglo pasado, habiéndole correspondido presenciar los numeroso y graves acontecimientos mundiales de casi tres cuartos de siglo y tomar parte activa en todas las luchas ideológicas y revolucionarias iniciadas en 1914. Cuando, al estallar la primer guerra mundial la IIª Internacional y el sindicalismo desertaron al campo patriótico, Rosmer formó entre los pocos dirigentes que supieron condenar taxativamente la defensa nacional y reclamar la fraternización de las tropas contra sus respectivos gobiernos. Concurrió como delegado francés a las conferencias de Zimmerwald y Kienthal, donde se pronunciaron contra la guerra internacionalistas de diversos países, entre ellos Trotzky y Lenin. En 1917 Rosmer estuvo inmediatamente al lado de la revolución rusa y figuró poco después entre los fundadores de la sección francesa de la Internacional Comunista.
Al iniciarse el termidor stalinista, que habría de revelarse la empresa de envilecimiento ideológico y material del proletariado más gigantesca de todos los tiempos, Rosmer le hizo cara sin vacilar, apoyó la fracción de Trotzky contra Stalin en el partido ruso y fundó mas tarde el grupo francés de la Oposición Internacional de Izquierda (trotzkista).
La veloz marcha retrógrada del stalinismo durante el decenio 20 sometió los revolucionarios del mundo entero a una prueba tremenda, de la cual muy pocos, poquísimos, salieron sin tacha. Los cargos de dirección en los partidos fueron puestos a subasta de servilismo con retribución proporcional a éste en dinero y en honores; toda clase de presiones, morales, materiales y policíacas se ejercían sobre los hombres para obtener su capitulación ante los traidores del proletariado. En pocos años, casi la totalidad de los dirigentes fueron convertidos en guiñapos, en sujetos sin ideas ni dignidad personales, en delatores de los revolucionarios, cuando no en sus asesinos, y siempre en colaboradores de sus asesinos. Fue el naufragio no sólo político, sino también humano de toda una generación, que recayó como maldición sobre el proletariado mundial.
Alfred Rosmer fué de los poquísimos que salieron incólumes de esa prueba. No hay mérito mayor para un revolucionario; Sólo refiriéndose a hombres como él, siguiendo su ejemplo, hallará nuevo brío y divisará la victoria el proletariado mundial. Los otros, incondicionales de Stalin ayer y stalinistas a la Khrutchef hoy, son sólo un rebaño despreciable de mercenarios y conformistas. Por eso es de lamentar que en el acto de incineración de Rosmer, como hace dos años en el de Natalia Sedova-Trotzky, fuese introducido a la tribuna el señor Deutscher, que es en puridad un apologeta vergonzante del stalinismo, colegial o no.
Los dos tomos de la Historia del movimiento obrero durante la guerra, por Rosmer, son una obra preciosa, indispensable para los revolucionarios.
Alarma, serie 2, nº5, Junio 1964
Amadeo Bordiga
Amadeo Bordiga ha muerto a principios del verano, apenas publicado el número anterior de Alarma. Aunque con retraso, queremos pararnos un instante a recordarle. Internacionalista desde la guerra de 1914-18, fundador del Partido Comunista de Italia (otras versiones son leyendas fabricadas y pagadas) Bordiga habría podido convertirse, como los Togliatti, los Pasionaria, los Thoree de por esos mundos, en importante funcionario al servicio del Kremlin, lo que siempre ha ido de par con un tren de vida de marajá, a más de la fama, a cambio, claro está, de la traición al comunismo. Bordiga prefirió la pobreza y la fidelidad a la revolución; la obscuridad personal y el pequeño grupo de revolucionarios, antes que la nombradía con el gran partido servidor de Rusia y del capitalismo mundial.
Nosotros tenemos importantes divergencias con sus posiciones, en particular sobre la relativa al partido proletario, a nuestro entender más naturalista que dialéctica. Ello no nos impide ver en el ejemplo de su vida el de un auténtico revolucionario, por entero consagrado a la tarea histórica de nuestra época.
En las condiciones reaccionarias de hoy, la muerte de un Bordiga pasa desapercibida, salvo para círculos restringidos... Contrasta, ¡y con qué ventaja! con la de cualquiera de los grandes hombres inventados (Marx) a quienes la reacción mundial, desde Washington a Pekín, celebra y unge con todas sus grasas sacrosantas y profanas. Comparados con Bordiga se trata de pigmeos y de rufianes
¡Salud, Amadeo Bordiga!
Honorato Damen
Honorato Damen ha muerto2
Alarma (sección española) quiere saludar al compañero ya desaparecido.
Unimos nuestro sentimiento de dolor al de los compañeros italianos de Battaglia Comunista. Sirva este artículo de recuerdo y homenaje a Honorato Damen, nuestro compañero.
El mundo entero conoce nombres y faces como las de Marchais, Carrillo, Mao Tsetung, Togliatti, y un largo etcétera. En cambio, desconoce por completo los de un Damen, siendo así que los primeros parasitan como garrapatas el cuerpo del proletariado y de la sociedad, mientras Honorato Damen, muerto a los 86 años, ha vivido desde la adolescencia hasta la agonía en incesante combate anticapitalista. Aquellos son moralmente asquerosos, intelectualmente golfos, políticamente aviesos enemigos de la revolución comunista. Todo lo contrario Honorato Damen, que ademas presenció y denunció la prevaricación en que fueron cayendo los nombrados y otros, desde el instante ya lejano, pero muy presente todavía en sus nefastas consecuencias, en que el stalinismo metió baza en la ex-Internacional Comunista.
Damen milita en la Juventud Socialista cuando estalla la matanza de 1914-1918. Toma posición contra ella, junto a Bordiga, dentro de una fuerte fracción, la que se denominó Izquierda Italiana, más tarde conocida como bordiguista. Movilizado (en calidad de sargento, por ser profesor), un tribunal militar no tarda en condenarlo a 10 años de fortaleza y a la degradación; por incitación a la rebeldía frente al carácter imperialista de la guerra. Una vez en libertad, participa muy activamente en todas las reuniones, comités y congresos que dieron origen al Partido Comunista de Italia. Al mismo tiempo, el fascismo, armado y subvencionado por el capital, no sólo el italiano, inicia su ataque al movimiento revolucionario. Secuestrado Damen por un grupo fascista en las cercanías de Pistoia, una huelga general de protesta lo liberta. Algo más tarde, siendo diputado comunista, toma parte física en las luchas obreras contra el fascismo, incluso en un encuentro a tiros, en Toscana.
Mientras tanto, hacia 1924-1925, la Internacional Comunista echaba evidentes ojeadas a derecha, bajo el influjo del curso termidoriano ruso alentado por la NEP. Damen y un grupo al que se incorpora también Bordiga, hacen frente. Pero se baten ya contra un aparato de funcionarios, no con militantes en libre discusión. El tan venteado hoy Gramsci se distingue entre ellos como hombre de los hombres del Kremlin. Refiere Damen cómo Gramsci convocó a los funcionarios del Partido recalcitrantes al giro derechista y les espetó este dilema: O bien seguís y defendéis la política del partido que os paga, o bien seréis despedidos. Y se sometieron al ya sometido sometedor. Así empieza la gloria mundial de Gramsci, Togliatti y, por modo no más honroso, la de sus colegas en los demás países.
Una vez dueño de todo el poder, el fascismo sistematiza la represión. Damen es condenado a 12 años. Puesto en libertad en 1933, vuelve a ser detenido el mismo año. Amnistiado. lo ponen en libertad vigilada en Milán, durante 5 años. Pero antes lo encarcelan de nuevo, lo ponen en libertad y lo vuelven a encarcelar una y otra vez. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, es deportado a una isla por todo el tiempo de hostilidades. Ello dificultó pero no anuló las actividades de Damen y sus camaradas, pues su internacionalismo de 1914-1918 había adquirido mayor consistencia y saber. Mientras el Partido de Moscú, degenerado en patriota, se convertía en fuerza principalísima de la defensa nacional con nuevos aliados, hasta participar en el gobierno pro-americano del general fascista Badoglio, la tendencia Damen, constituida en Partido Comunista Internacionalista, llamaba la clase obrera a prepararse para tomar en sus manos poder político y economía. Y fue en ese momento cuando Togliatti en persona, apenas desembarcado de Moscú, en 1945, propuso la condena a muerte de los dirigentes del Partido Comunista Internacionalista, Damen en cabeza. La acusación, apenas es necesario recordarlo, era la acostumbrada en boca stalinista tratándose dé revolucionarios: saboteadores, agentes de la Gestapo, etc.
El P.C. Int. prosiguió su combate hasta el fin de la guerra y lo continuó luego contra la reconstrucción del capitalismo italiano. Ya no necesita demostrarse que en dicha reconstrucción el partido stalinista, con Togliatti como gran dirigente, fue el factor decisivo, utilizando su prestigio para forzar la sumisión del proletariado, hasta convertirse él mismo en parte inseparable de la estructura explotadora del capital. Berlinguer se limita a capitalizar el resultado de esa obra y a solicitar mayor participación en las decisiones gubernamentales y patronales mayor de la que ya tiene, entiéndase, pues sencillamente, gobierno y patronos no están en condiciones de prescindir hoy de del apoyo o la aquiescencia stalino-sindical. Este aparato es uno de los que mejor, si no el que mejor funciona de todos los aparatos del Estado. Así se comprende que los instrumentos de publicidad mundiales, los mass media, venteen los nombres de cualesquier Berlingúer, Carrillo, Marchais, mientras guardan en silencio o denigran la personalidad revolucionaria de hombres como Honorato Damen.
En 1952, el P.C. Int. se escinde. La tendencia Damen preconiza la intervención en las luchas obreras como medio de orientación del proletariado al combate por la revolución, mientras la tendencia Bordiga teoriza el confinamiento en la formación de cuadros, hasta que se presente una situación revolucionaria. Otras divergencias importantes surgen que no tienen cabida en este recuerdo. Resulta de todo ello que en la hora actual es incuestionablemente la tendencia Damen la que mejor representa, en Italia, la lucha pro-revolución. La muerte de los hombres es un accidente, doloroso, cierto, pero no una ruptura de continuidad. En el P.C. Int., hombres nuevos, templados al amor del combate, sabrán continuarlo sin cansancio.
Honorato Damen es autor de innumerables artículos, resoluciones y tesis de organización, y no vaciló en rectificar análisis ideológicos anteriores cuando lo imponían experiencia e investigación teórica. Sin esa capacidad de aprendizaje no hay teoría ni continuidad revolucionarias posibles. Es también autor de Bordiga, validita e limiti di una esperienza, que arroja mucha luz sobre la Izquierda Italiana en general, el bordiguismo en particular y contiene certeros resúmenes dialécticos. Preparaba también Damen la publicación de un libro sobre Gramsci. Nadie más indicado que él para revelar la realidad de ese funcionario que tantos toman hoy por lumbrera. ¡Pronto, su publicación póstuma!
Noviembre 1979.
G.M.
Alarma serie 3, nº8, 1980
Respuesta a «Le Monde»
Anunciando la muerte de Hononato Damen, el periódico Le Monde lo distinguía como
Secretario General del Partido Comunista Internacionalista, formación marginal de la izquierda marxista-leninista.
Habiendo sido siempre el marxismo-leninismo sinónimo de stalinismo, hemos enviado a la dirección del periódico Le Monde la siguiente carta:
Nosotros, Fomento Obrero Revolucionario, hemos de reestablecer la verdad sobre el breve aparecido en Le Monde el martes 16 de octubre de 1979 señalando la muerte de Honorato Damen. En esta sección, ustedes bautizan al Partido Comunista Internacionalista (Battlagia Comunista) como una organización marginal del marxismo-leninismo. Ni el PCint ni Hononato Damen han defendido nunca el marxismo-leninismo, ni han pretendido jamás esta denominación sinónima de stalinismo. Por el contrario, durante toda su vida Honorato Damen se opuso a toda deformación y a todo enemigo del comunismo, incluido el stalinismo, que sigue siendo el mayor de ellos. Desde los primeros avances del estalinismo en Italia, Honorato Damen rompió y se opuso revolucionariamente al Partido Comunista Italiano del que, sin embargo, había sido uno de los fundadores, continuando mediante esta ruptura la obra que había comenzado desde antes de la Primera Guerra Mundial, es decir, la dedicación de su vida a la causa obrera.
Nuestras opiniones no difieren significativamente de las defendidas por Honorato Damen, que sigue defendiendo el Partido Comunista Internacionalista. Queríamos hacer esta corrección para que la memoria de Honorato Damen no se manche de ninguna manera.
Esta carta, o una corrección basada en ella, nunca apareció en las columnas del diario mencionado anteriormente. Valgan todos los discursos teóricos que demuestran que la gran prensa, tanto como los distintos medios de comunicación (la radio, la televisión} están al servicio de la clase dominante explotadora, en manos del gran capital. Todo el escándalo que han hecho alrededor de la radio respuesta (radio clandestina del PS) ha tratado de hacernos olvidar esta verdad ensayando hacernos creer que la puesta en cuestión del monopolio estatal de la radiodifusión equivaldría al cuestionamiento del monopolio de los medios de expresión por el capital. Se puede pensar sin temor a equivocarse que aquellos que tendrían más posibilidades de hacerse escuchar serían los no afectados por las restricciones legales, pues forman parte del dispositivo de defensa del capitalismo y participan de las mentiras y los medios que ponen en juego contra la clase obrera (principalmente mediante el PS^y el PC). En tanto que los revolucionarios, serían descalificados y su voz perdería todavía más peso en el hormiguear de mentiras de la propaganda pro-capitalista. Asimismo, La gran prensa, la que está en manos de Hersant que agita el espantajo de la llamada oposición, moderada o extremista, está cualquier caso en manos que no son las del proletariado. El proletariado en realidad solo ganará verdadero derecho a la palabra cortando la garganta del capitalismo mundial y haciéndole devolver las riquezas que extorsionó del trabajo, plantando la daga de la revolución en su centro nervioso- pues corazón, no tiene en absoluto.
Alarme nº6, 1979
Manuel Fernández Grandizo, Munis
Declaración de Fomento Obrero Revolucionario
Nada es mas ajeno a los comunistas que rendir culto a las personas, vivas o desaparecidas. Fieles a este criterio pocas palabras mas queremos añadir a esta biografía que recoge en lo esencial, el actuar del camarada Munis. Para nosotros, sus camaradas, sus amigos, su desaparición física significa la privación de una fuente inagotable de energía revolucionaria: desde el inicio de su vida consciente hasta el ultimo minuto de esta, trabajó incansablemente para conseguir cambiar el signo de la historia convertir la permanente derrota de los oprimidos en sublevación victoriosa de la clase obrera, cifra del inicio de la supresión de la explotación de toda índole. Este hecho, de por sí señalable, adquiere mayor relieve cuando se comprende que para Munis y su generación, retomar la actividad revolucionaria significaba sacar cabalmente lecciones de los acontecimientos de los que ellos fueron protagonistas. Tarea doblemente dura en cuanto que era preciso sacar conclusiones de realidades nuevas, a la vez aue iban quedando en el camino la mayor parte del hasta ese momento movimiento revolucionario. Munis no permaneció indiferente ante esta nueva situación y con el rigor y la pasión que caracterizaron su vida, orientó su actividad rompiendo con viejos esquemas y análisis que ya no permitían avanzar por el camino del aplastamiento de la sociedad de clases. Este es el auténtico sentido de la actividad revolucionaria, convertir en algo vivo la experiencia acumulada, siempre presto a transformarla en respuesta actual. Es en esto donde ha sabido poner su impronta, estando convencidos, como estamos, de que el futuro partido mundial del proletariado tomará sus bagages más seguros del espíritu que anima el Pro-segundo manifiesto comunista, Los sindicatos contra la revolución o Partido estado. Entre otras aportaciones, las expresiones mas claras del compromiso revolucionario contemporáneo. La fuerza de estas ideas reciben en hundir sus raíces en la experiencia del movimiento obrero y de ser a la vez la reflexión crítica que los revolucionarios están obligados a hacer en su combate, a riesgo de convertirse en momias del pasado o en retazos de expresiones verdaderamente revolucionarias. Para que la superación de viejas posiciones fuese efectiva, la constitución de una organización era imprescindible, este es el origen, y el futuro, de Fomento Obrero Revolucionario, a cuyo acendramiento dedicó parte de su vida.
Munis ha muerto como vivió: como un militante activo, luchando por fortalecer la organización que él, junto a otros camaradas, fundó, y sin cesar de enriquecer la teoría y la practica comunista,
Nosotros sus camaradas, sus amigos, que continuamos en el combate en el que estábamos unidos recordaremos siempre al camarada G. Munis porque fue ejemplo de algo que el ya había dicho, que ser hombre en nuestra época más perentoriamente que nunca, es comportarse revolucionariariamente
Nuestro compañero G. Munis ha muerto el 4/02/89
Publicamos aquí su biografía que él mismo aprobó al redactarse y editarse el epílogo de Jalones de derrota, promesa de victoria, edición de 1977. La publicación de este texto permite comprender cómo los avances teóricos de Munis y sus diversas luchas no constituyen la obra de un genio solitario, sino que se nutrieron de su compromiso con la lucha de clases en todos los niveles de intensidad, de la profundización política llevada a cabo con sus compañeros en las organizaciones a las que perteneció y de su reflexión personal. Su vida sólo habla de continuidad: la lucha por la revolución comunista. Está salpicado de rupturas que permiten que cada vez se persiga mejor el mismo objetivo.
Esta biografía, o mejor dicho, las batallas libradas en diferentes frentes al mismo tiempo y sucesivamente, subraya el silencio de algunos (trotskistas) o las distorsiones de otros sobre la actividad y las ideas de Munis. De la batalla de la revolución en España a la defensa incondicional... del derrotismo revolucionario durante la guerra, de la caracterización de Rusia a la denuncia de los sindicatos contra la revolución, pasando por la ruptura con la IVª Internacional, rodeado de revolucionarios estupefactos ante tanta audacia, nunca dudó; rompió con los errores del pasado, secamente y sin pedir perdón. En breve: lo que dijo lo hizo.
Saludamos la memoria de nuestro camarada Munis.
La continuidad que aseguramos es, esperamos, el mejor tributo que se puede rendir a un compañero cuyo compromiso militante ha permanecido entusiasta y lleno de energía, cualesquiera que sean las vicisitudes de su lucha por la revolución comunista.
Esbozo biográfico revolucionario de G. Munis
Figura entre los primeros adherentes a la Oposición Comunista de Izquierda Internacional iniciada por Trotsky, que en España adopta pronto el nombre más conocido de Izquierda Comunista. En tal calidad, sus primeros pasos fueron contra la dictadura de Primo de Rivera, en un pueblo de Extremadura. Interviene sucesivamente en la campaña para las elecciones municipales que derrocaron la monarquía, y en la campaña para las Cortes constituyentes, pero advirtiendo que la democracia republicana sería también un régimen de dominación capitalista. Primera polémica, en defensa de la revolución rusa frente a reformismo y stalinismo, contra el futuro primer secretario de la asamblea constituyente, Vidarte.
Meses después contribuye clandestinamente a organizar la Oposición trotskista en México. Colabora a la victoria de una importante huelga de los trabajadores del cemento en la capital. Es apresado en pleno mitin y expulsado del país.
De vuelta a España, toma parte en algunos movimientos huelguísticos en la zona de Llerena (Badajoz); escribe en Joven Espartaco y más tarde en otras publicaciones de la Izquierda Comunista: La Antorcha, El Soviet, Comunismo, revista teórica ésta. Como tantos otros entonces, es detenido diversas veces en reuniones y otras actividades de militante.
Al salir del servicio militar se ventean ya los acontecimientos de Octubre del 34. Es nombrado representante de la Izquierda Comunista en la Alianza Obrera de Madrid. A su iniciativa en ella se debió el movimiento de acogida y alojamiento, en Madrid y otras ciudades, de las mujeres e hijos de los huelguistas de Zaragoza, que les dio la victoria después de meses de paro general. En el momento de la siega ese verano, al estallar la huelga de los trabajadores agrícolas, propone en la Alianza Obrera declarar huelgas de solidaridad en Madrid y las principales ciudades de provincias. Ante la negativa obstinada de las representaciones socialistas (mayoritarias), rompe con la Alianza Obrera por considerar que propiciaba la derrota futura de los trabajadores industriales. Días después es desautorizado por su organización, que nombra otro delegado.
Publica en Comunismo un artículo sobre El momento insurreccional, reproducido en folleto por los trotskistas de Cuba. Escribe ¿Qué son las Alianzas Obreras? trabajo publicado incompleto, como folleto, que le valió después de Octubre una condena por incitación a la rebelión.
En 1935, la crisis de todas las organizaciones obreras no exime a la Izquierda Comunista. En su seno, Munis apoya la tendencia de Esteban Bilbao, que había propuesto entrar, con derecho de fracción y sin abandono de programa, en la Juventud Socialista, que entonces condenaba reformismo y stalinismo, pronunciándose por la IVª Internacional que Trotsky reclamaba desde principios de 1933. Sin embargo, el ingreso no llegó a ser de veras efectivo, y la Juventud Socialista quedaría apresada por el stalinismo, vía Carrillo y Melchor, dos de sus dirigentes vueltos del revés en Moscú.
Se opone a la tendencia de Nin y Andrade, que a finales del 35 se fusionó con el catalanista Bloque Obrero y Campesino de Maurín, porque incurría en una dejación de principios. De ella salió el POUM.
1936, en medio de la dispersión de la mayoría de los hombres, de la muerte de otros, del fragor de las armas y del tumulto de ideas excelentes, equivocadas o calculadamente pérfidas originadas por la conmoción de Julio, Munis acomete la creación de una nueva organización revolucionaria. Ahora ya directamente en nombre de la IVª Internacional, cuya fundación, prevista, tendría lugar en 1938. De su actividad en compañía de algunos camaradas de lucha españoles e internacionales, resultó la creación de una Sección Española pro-IVª Internacional. Publicó ésta un número indeterminado de volantes en defensa del poder obrero frente a la reconstitución del poder reaccionario del Frente Popular, inició la publicación de La Voz leninista, de Boletines y críticas del POUM y de la CNT. La actividad de la Sección tuvo su florecimiento durante la insurrección de Mayo de 1937 en Cataluña.
El ¡Alto el fuego! de la CNT y la consecuente represión del partido de la policía rusa, obligaron a los revolucionarios a soterrarse en la clandestinidad. No obstante, un manifiesto-balance de la insurrección y de la represión adquirió gran popularidad y todavía aparecen algunos boletines y números de La Voz leninista. Al poco tiempo serían asesinados por orden de la polícia de Stalin (GPU, la actual KGB) dos de los colaboradores internacionales de Munis: Hans Freund, conocido por Moulin, y Erwin Wolff, ex-secretario de Trotsky. El español Carrasco desapareció en un medio stalinista. Era amigo de Munis desde el servicio militar.
A finales de 1937, la revolución estaba liquidada. Los revolucionarios se batian con enorme desventaja, cercados de nueva policía y delatores, teniendo en frente incluso a la C.N.T. Cuando, entrando el otoño, fue cercado y tomado por tanques rusos, sin que la C.N.T. moviese un dedo, el último Comité de Defensa de la revolución, que ocupa un vasto local en El Paralelo de Barcelona, quedaba terminada toda posibilidad de recuperación del proletariado. Las cárceles se vaciaban de fascistas y reaccionarios, e iban amontonándose en sus celdas los revolucionarios. Munis no tardaría en encontrarse en una de ellas, tras múltiples sevicias de la policía infeudada al Partido «comunista». Fue sometido a un proceso calcado de las falsificaciones judiciales de Moscú. Acusación: sabotaje y espionaje al servicio de Franco, disrupción y huelgas en la retaguardia, a fin de facilitar la victoria fascista, organización de la insurrección de Cataluña en mayo, proyecto de asesinato de Negrín, Comorera, Pasionaria, José Díaz, Prieto, y, «por vía de ensayo», asesinato efectivo de un capitán ruso3. Segundo acusado: Jaime Fernández Rodríguez.
Juicio a puerta cerrada, sin derecho a defensa, a quince días contados de la fecha en que intervino un juez instructor cuya instrucción se limitó a copiar el informe policíaco. Tribunal semimilitar y petición de pena de muerte para los dos primeros acusados. Una campaña internacional de protesta difiere la vista de la causa, de fecha en fecha, hasta principios de enero de 1939. Mes y medio antes, traslado al castillo de Monjuich, tubo de la muerte, calabozo número tres. Fuga en el último momento, y éxodo a Francia. Tiempo después, en la emigración, un hombre en ruptura con el partido de Moscú por asco de su política, confesaba a Munis que su unidad militar recibió orden de ir a ejecutarlo, junto con otros presos revolucionarios, antes de retirarse hacia la frontera. Su nombre: Eladio Fernández, gallego avecindado en Madrid4.
Después de Francia, México y relación personal con León Trotsky y su mujer, Natalia Sedova. Interviene repetidamente en el proceso incoado al asesino de León Trotsky. Las conclusiones de la parte civil, adjuntas al expediente, por Munis escritas, fueron citadas por los jueces para establecer «la verosimilitud» de la pertenencia del asesino a la policía secreta de Moscú.
Campaña en la prensa mejicana, inspirada y pagada por esa misma policía, presentando a Munis, Victor Serge, Julián Gorkin, Marceau Pivert (dirigente del Parti Socialiste Ovrier et Paysan) como muy conocidos agentes de la Gestapo, porque trotskistas. Amenazas de muerte en los conventículos de stalinistas españoles y públicas en El Popular.
La campaña gozaba de impunidad, y de complicidades más o menos interesadas, gracias a la nueva alianza de Rusia con Estados Unidos, Inglaterra y Francia. Sabiéndolo, el único de los atacados que en verdad era trotskista, Munis, escribe al Presidente de la república poniendo en evidencia las falsificaciones inveteradas de los sirvientes de Moscú, y declarando que su posición respecto a la guerra mundial era la tradicional en los revolucionarios, opuesta a los dos bandos imperialistas. Sumados a los calumniadores algunos diputados mejicanos amparados por su inmunidad parlamentaria, Munis les reta a renunciar voluntariamente a ella, a fin de poder medirse con ellos ante un tribunal. No lo hicieron, pero la campaña cejó, no sin prometer a los calumniados una muerte cierta a la vuelta de cualquier esquina... o más tarde en España.
A partir de 1941, trabajo de estudio y reconsideración teórica en que participa Benjamin Péret, y primeras divergencias con el partido trotskista estadounidense, tocantes a su actitud ante la guerra imperialista y las resistencias nacionales. De una en otra, las divergencias llevarían la sección española a romper con la IV Internacional en 1948. Antes de esa fecha, edita, con el grupo español en México, sucesivamente 19 de Julio, Contra la Corriente y Revolución. Publica Jalones de derrota.
Después de la ruptura, trabajo revolucionario independiente. Ida clandestina a España, a seguidas de la gran huelga barcelonesa de 1951. Es detenido a finales del año siguiente y condenado a diez años. Como cuerpo de delito figura una obrita titulada: Cuatro mentiras y dos verdades (Política rusa en España). A su liberación marcha a Italia donde discute principalmente con Battaglia Comunista y Honorato Damen. Allí escribe Los sindicatos contra la revolución sin lograr convencer a sus interlocutores5. Emigra otra vez a Francia, donde reanuda actividad de grupo y teórica iniciando, con Péret, Fernández y algunos jóvenes, la edición de Alarma. Publica, unido a un texto de Péret, Los sindicatos contra la revolución y Partido-Estado, stalinismo, revolución.
Después de 1977 participa en las actividades de Fomento Obrero Revolucionario, tanto en la sección española, editando Alarma como en la francesa editando Alarme. Por demás se consagra a la redacción de un texto sobre el estado que publicaremos resumido en L'Arme de la Critique.
Alarme nº43, 1989
Se trataba de a) la carta de Natalia Sedova al ejecutivo de la IVª Internacional del 9 de mayo de 1951 en la que se reafirmaba en los motivos de a denuncia y ruptura política con la organización en la que participó en 1943-48 junto con la sección española y otros; b) la respuesta insultante del comité de la IVª y c) el «Testamento político» de Natalia Sedova, la carta que envía poco antes de morir al diario France Soir en la que califica al «partido ruso y sus imitadores», de los que los partidos de la IVª degenerada esperaban una «rehabilitación», como «intrínsecamente anticomunistas». ↩
Este artículo se publicó con un error de maquetación que cortaba arbitrariamente y mezclaba bloques texto. El lector podrá comprobar por sí mismo comparando con el original de Alarma que tenemos en pdf en nuestra biblioteca, que no hemos añadido ni quitado una coma, solo ordenado el texto. ↩
La muerte de ese sujeto, llamado Narvich con falso nombre, de seguro, pareció inventada a los acusados. Pero Gorkin dice en Canibales políticos que fue ejecutado por gente del POUM, porque había intervenido en el asesinato de Nin. ↩
Convencido por Munis durante el traslado, convertido en militante de la sección española de la IVª Internacional, después del GCI que la sucedió, sería apresado y condenado por la policía franquista junto a Munis en el 53 y militaría en el FOR el resto de su vida. ↩
Estas últimas dos frases, que aparecían como nota al pie al mismo tamaño que el grueso del texto, así como el párrafo final del artículo, son un añadido de Alarme al texto publicado en 1977. ↩